ORIENTACIÓN FAMILIAR
RESOLUCIÓN
DEL CASO 1.
SARA
RODRÍGUEZ SÁNCHEZ
2º DE
EDUCACIÓN INFANTIL
EDUCACIÓN Y
SOCIEDAD
ÍNDICE
Orientaciones
para los padres de forma general……………………………………….………... 3
Orientaciones
para los padres en relación a Roberto……………………………….………..... 4
Orientaciones
para los padres en relación a Juan……………………………………………. 10
Actuación
del centro educativo………………………………………………………………………... 13
Orientaciones para los padres de forma general:
Antes
de establecer una serie de pautas y consejos a “V” y a “M” sobre cómo actuar con
sus hijos, debemos analizar su punto de vista y establecer una visión general
de ambos:
“V” es una “madre araña”, ya
que la protección que tiene hacia sus hijos es excesiva, aunque sobre todo con
el mayor, “J”, pero además de esto es permisiva con el hijo pequeño, permitiéndole
hacer lo que quiere, afirma que está desesperada con él.
“M”, el padre, no permanece
en casa la mayoría del día, apoya en todo momento las acciones de la “V” y dice
que está un poco perdido si están haciendo lo correcto.
Debemos
de hacerles ver que la educación de los hijos se lleva a cabo de una manera
conjunta apoyándose uno en el otro, respetando los castigos, haciéndose
cómplices mutuamente en las decisiones que deseen tomar,...
Para ser buenos padres no
hace falta ser muy protector, muy permisivo,… debemos encontrar un término
medio entre ambos extremos.
Orientaciones para los padres en relación a “R”:
Uno de los aspectos a destacar
del comportamiento de “R” sería que no cumple las normas básicas y
reacciona con rabietas y pataletas, e incluso amenaza a su madre, y a su padre
le ha levantado la mano, pudiendo deberse a que los padres no saben castigarle,
le repiten la instrucción varias veces y le transmiten al niño sus miedos e
inquietudes por lo que “R” actúa sabiendo lo que va a conseguir. Para hacer
frente a esta situación se les aconseja a los padres:
-
Establecer
normas y límites claros, acorde a la edad, por ejemplo, la hora de acostarse (a
las 21 h) y levantarse (para ir al colegio); los tiempos de juego (después de
hacer las tareas del colegio), poner la mesa; ponerse el pijama; Hay que ser
firmes con las decisiones que se toman y no mostrar duda alguna.
-
Dar las órdenes con un tono normal, sin alterarse,
de manera firme y una sola vez; de este modo evitamos que “R” se altere y actúe
con rabietas o pataletas.
-
Es importante dar las órdenes de una en una, por
ejemplo, si le digo “ponte el pijama”, no puedo decirle también “cepíllate los
dientes”. Primero se da una orden y cuando la realiza se refuerza y se da otra.
-
Una vez demos una orden, nos retiramos a nuestras
actividades, pero si el niño no cumple la orden, se repite y nos volvemos a
retirar. Para asegurarnos de que el niño ha entendido la orden se le dice que
te repita lo que has dicho, de tal modo sabemos que entiende lo que tiene que
hacer. Es aconsejable decirle al niño que podemos ayudarle a realizar la tarea.
-
El
castigo nunca ha sido bueno, pero es preciso informar al niño de las
consecuencias de sus actos, y de no cumplir una orden, por ello debe ser muy
clara y debe efectuarse en el momento, no pasado un tiempo. Para ello, “V” debe
ser clara en sus castigos y no dudar.
Algunas consideraciones a
tener en cuenta para eliminar las rabietas de “R” podrían ser las
siguientes:
- No repetir la instrucción al niño más de una vez. Por ejemplo si queremos que se
ponga el pijama, se dice una vez y no se repite ni se dan explicaciones.
- Cuando a “R” le cuesta hacer algo, como irse
a la cama, es recomendable explicarle
lo que va a ocurrir y lo que pasará después. Avisarle cinco minutos antes,
que es hora de irse a dormir, o decirle que al día siguiente se realizará una
actividad que le guste, de este modo Roberto se irá más tranquilo a la cama.
-
Para
conseguir que “R” repita un comportamiento adecuado, se puede premiar con algo que
le gusta. De esta manera, aprenderá
que el buen comportamiento conlleva un premio y cada vez le costará menos hacer
esas cosas, de tal modo que las haga solo.
-
Si se produce una pataleta o un berrinche, los padres deben ignorar a Roberto hasta que se calme. Hay que hacer entender
al pequeño que ese comportamiento no nos gusta y que mientras siga así no
pensamos hacerle caso. Si es necesario y el niño se engancha a los padres, se
le debe separar y repetirle la frase, "Te atiendo cuando te tranquilices". Cuando el niño se
haya tranquilizado hay que explicarle que esa actitud es la adecuada a través
del refuerzo positivo. Decirle lo bien que está así y darle besos es
la mejor manera de que los niños asocien el buen comportamiento a algo
positivo.
Además de llevar
a cabo dichas indicaciones sería recomendable utilizar una técnica de
modificación de conducta, como podría ser la economía de fichas, por
ello sería recomendable explicarles a los padres en qué consiste, como por
ejemplo de la siguiente manera:
“La
economía de fichas es una técnica específica para desarrollar conductas iniciales
y también para disminuir conductas problemáticas. En ella se hace uso del refuerzo positivo (las fichas que
el alumno ganará por las respuestas deseadas) y el castigo negativo (las fichas que perderá por hacer conductas
no deseadas)”.
También
sería necesario explicar en qué consiste el refuerzo y el castigo, tanto
positivo como negativo, que podría hacerse a través de esta tabla:
Refuerzo positivo: darle a Roberto algo que le guste mucho, podría ser un
abrazo o alabanza, un chicle, un juguete o un tiempo de juego extra al día.
|
Refuerzo negativo: si te acuestas pronto no tendrás que
poner la mesa mañana. Consiste en quitarle una tarea que no le agrada.
|
Castigo positivo: darle a Roberto algo que no le guste.
Por ejemplo si no ha cumplido las normas, hoy come lentejas.
|
Castigo negativo: quitarle la consola o el tiempo de
juego, no dar chucherías o bollos.
|
Para
utilizar correctamente el sistema de fichas, previamente y de modo conjunto
padres e hijos deberán fijar claramente el valor de las fichas o puntos que se
otorguen y las conductas que van a ser premiadas, es decir, las normas.
Una vez
puesto en funcionamiento el sistema, al
principio se debe reforzar con fichas cada vez que ocurre la conducta deseada
para motivar al niño y lograr que se repita. Cuando la conducta ya está
adquirida y mantenida, se deberá reforzar de un modo intermitente. Del mismo
modo, los intercambios de fichas o puntos deben ser frecuentes en el inicio de
la aplicación del programa para, posteriormente, retardar de modo gradual y
progresivo el intercambio.
Cuando las
conductas se vayan instaurando y consolidando,
paulatinamente se debe ir espaciando los intervalos de intercambio de
tal modo que se produzca una deshabituación progresiva de las fichas y de los
reforzadores que obtiene el niño reemplazando los anteriores reforzadores
materiales por reforzadores sociales (elogio, alabanza, sonrisa, aprobación,
etc.).
La tabla
de economía de fichas para Roberto sería la siguiente:
Normas
|
Premios
|
Castigos
|
Levantarme
para ir al cole sin insistencia de los
padres
|
Desayunar algo que le guste mucho.
|
Desayunar algo que no le agrade del
todo.
|
No
decir palabrotas
|
Un dulce al día
|
No hay dulce
|
Contestar
con un tono normal
|
Ver película
|
No ver la tele
|
Hacer
caso de las indicaciones de los padres
|
Jugar en el parque
|
No bajar al parque
|
Controlar
las rabietas y las pataletas
|
Mas tiempo de juego
|
Se suprime el tiempo de juego
|
Acostarse
pronto
|
Contar un cuento
|
No hay cuento
|
Los
premios deberán ir siempre acompañados de elogios verbales, como podrían ser,
“muy bien”, “pero que bien lo haces”…
Es
importante que los castigos y los premios vayan acorde a los gustos del niño,
por ello los padres deben analizarlos y ponerlos.
Una
vez establecidos los premios y castigos sería recomendable hacer una tabla
semanal donde se evalúen las conductas de Roberto. Un ejemplo sería el
siguiente:
Normas
|
Lunes
|
Martes
|
Miércoles
|
Jueves
|
Viernes
|
Sábado
|
Domingo
|
Levantarme
|
|||||||
No
palabrotas
|
|||||||
Hablar
bien
|
|||||||
Obedecer
|
|||||||
No
rabietas ni pataletas
|
|||||||
Acostarse
pronto
|
Si al
finalizar la semana tiene más castigos que premios, se debe tener en cuenta
para el premio semanal. Y si por el contrario tiene más premios que castigos se
deberá reforzar insistentemente para que esas conductas se repitan.
“R” sólo tiene 6 años y no ha adquirido un
hábito de sueño, por lo que es necesario dar a conocer a los padres algunas
consideraciones sobre este aspecto, para que el niño se levante descansado y
realice todas las actividades diarias, así como mantener un estado de ánimo
adecuado. Los principales hábitos recomendables para mantener un descanso
nocturno satisfactorio son:
·
Establecer
un horario regular de sueño. Se aconseja que durante los días de diario (de
domingo a jueves) se vaya a la cama en torno a las 21:00 h., mientras que los
fines de semana y vísperas de festivos se acueste una hora más tarde. No
dejarle dormir la siesta durante el día, puesto que esto puede alterar sus
horas de sueño habitual.
·
Hacer su habitación más atractiva, esto no
significa redecorarla sino cambiar algunos aspectos y que el niño sea participe
de ellos para que quiera irse a la cama. Por ejemplo: estrellas luminosas en el
techo, pijama de algún personaje animado que le guste,… de esta forma se
pretende conseguir que el niño tenga interés y una sensación positiva por irse
a la cama.
·
Utilizar,
en lo posible, la habitación dormitorio casi únicamente para el sueño, no para
leer, estudiar ni comer: así, asociará la habitación con el descanso.
·
Desarrollar unas rutinas antes de acostarse, como por ejemplo, ducharse, cenar, cepillarse
los dientes y acostarse.
·
No realizar actividades físicas de importancia
en las últimas horas de la noche: los ejercicios físicos que activen el cuerpo
dificulta el sueño. Realizar actividades físicas que le produzcan cansancio
durante el día: ir andando al cole, subir escaleras,…
·
No ingerir excitantes, ni alimentos que puedan
interferir con el sueño: como bebidas con cafeína o cenas copiosas.
·
De igual modo, separar las comidas principales
de las horas de sueño, para no intentar ir a la cama mientras aún se está
llevando a cabo la digestión.
·
Mantener el dormitorio oscuro y en silencio, con
la cama cómoda y a temperatura confortable.
·
En caso de no poder dormir en los primeros
minutos, no realizar ninguna actividad que pueda causar desvelo, ni
inquietarse: mantener una posición cómoda y relejada, los ojos cerrados y en
silencio. Generalmente el sueño comenzará en breve período de tiempo. Si el
niño no es capaz de dormirse puede contarse un cuento.
·
Utilizar
recompensas por el hecho de irse a dormir solo o los progresos hacia esa meta.
Es importante expresar lo orgulloso que se está de él y que es un "chico
mayor".
Orientaciones para los padres en relación a “J”:
En
relación con el caso de Juan, hemos llegado a la conclusión de que la mayor
dificultad que presenta, radica en la falta de autonomía a la hora de realizar
sus actividades cotidianas, debido fundamentalmente, a la sobreprotección
materna y a los temores que esta presenta. Por ello creemos conveniente que las
pautas de actuación en este caso deben ir destinadas a la madre, puesto que es
quien sobreprotege al niño, y no le da la autonomía que le corresponde para su
edad. Es importante hacer comprender a “V” que Juan no es tan niño como ella
piensa, y que debe ayudarle a conseguir una autonomía adecuada. Ha de aceptar
que Juan puede hacer muchas cosas solo, y que la sobreprotección no hará más
que impedir que su desarrollo sea el adecuado.
Una
vez dicho esto, las pautas serán las siguientes:
Como
objetivo prioritario en cuanto a habilidades de autonomía hemos considerado
primordial trabajar los siguientes aspectos: vestido, aseo, alimentación y
relaciones sociales.
Autonomía en el vestido: “J” elegirá con su madre las prendas con las que se vestirá cada día. Una vez seleccionadas él se deberá vestir sólo, aunque la madre puede estar presente supervisando la tarea por si requiera de ayuda. La madre únicamente le ayudara cuando Juan se lo pida, de esta manera él tendrá que tener la iniciativa comunicativa. Se le proporcionará un apoyo visual para que Juan recurra a él si es necesario. En el momento de ir a dormir, Juan realizará también la rutina de desvestirse y ponerse el pijama solo.
·
Autonomía en el aseo: en este apartado remarcamos la
importancia de ser autónomo en los aspectos de ducha, higiene dental, peinado e
higiene íntima. De esta manera “J” comenzará a realizar cada una de estas
tareas por él mismo e igualmente, al principio la madre podrá estar presente
por si éste necesitara y pidiera ayuda; en todo caso, la madre le reforzará con
refuerzos orales positivos una vez que “J” finalice la tarea de forma correcta.
Para facilitar la autonomía de Juan en el aseo se le proporcionarán diferentes
apoyos visuales. Las siguientes consignas le serán útiles a la madre para
entrenar a “J” en estos hábitos:
* En la
ducha: 1. Desvestirse. 2. Madre e hijo recordaran el orden de ponerse gel,
enjabonarse, aclararse e igual con el champú. 3. Preparación de la toalla. 4.
Dar el agua y regular la temperatura. 5. Meterse en la ducha e iniciar el
lavado del cuerpo y pelo. 6. Salida de la ducha y secar el cuerpo a conciencia.
7. Dar crema. 8. Vestirse. 9. Peinarse.
*
Higiene bucal: 1. Coger el cepillo de Juan. 2. Poner
la pasta en el cepillo. 3.
Cepillarse los dientes. 4. Expulsión de saliva y resto de la pasta de dientes
(importe no tragársela). 5. Enjuague de la boca. 6. Limpieza del cepillo.
*
Poner especial atención a la limpieza de las partes
íntimas, enseñándole la necesidad de la utilización del papel higiénico y
después lavarse las manos.
·
Autonomía en la alimentación: en un primer
momento se le darán a Juan los alimentos troceados, y él deberá comer solo.
Después y de forma paulatinamente se le enseñará cómo ha de partir los
alimentos, de tal manera que habrá que enseñarle cual es la forma correcta de
usar los cubiertos, cómo ha de cogerlos para partir la comida, etc.
Pauta referida al menú (con ello queremos intentar corregir el problema de sobrepeso que sufre):
*
Acudir al endocrino para seguir una dieta completa.
*
Se aconseja la realización de ejercicio físico
aeróbico que le ayude a no persistir con el sedentarismo que presenta hasta el
momento.
·
Autonomía en las relaciones sociales: es importante
que “J” comience a relacionarse con sus compañeros, desprendiéndose del apoyo
constante del PT y de la dependencia total de la madre, esta ultima deberá
proporcionarle momentos de juego con el hermano, con otros miembros de la
familia y con sus iguales en otros
entornos como puede ser el parque al que se le recomienda asistir asiduamente.
Además, deberá comenzar a dejar a “J” con otros niños sin su presencia o sólo,
esto lo hará progresivamente, comenzando por breves espacios de tiempo que le
ayuden a comprobar que Juan puede ser mucho más autónomo de lo que ella le
permite y puede estar sin la supervisión constante de un adulto sin que esto
suponga peligro alguno.
Actuación del centro educativo:
El principal error del centro educativo es que está
destinando un recurso que le ofrece la administración para satisfacer las
necesidades educativas de muchos alumnos, para dedicarlo únicamente a “J”. Esto no sólo afecta al resto de alumnos que están
perdiendo la calidad del apoyo que necesitan, sino que a su vez afecta al mismo
Juan en lugar de beneficiarle. Están mermando la capacidad de socialización de
“J”, así como su autonomía personal, además de fomentar la apatía y disminuir
el esfuerzo escolar del alumno, lo que desembocará en el fracaso escolar del
alumno.
Debemos
dejar al centro muy claro que las actuaciones que está llevando a cabo con Juan
deben de modificarse. Para ello, se instará al centro a que realice varias
acciones:
- Desarrollar
habilidades de autonomía personal con “J” para que se mueva cómodamente
por las dependencias del centro. Para ello se le pondrán apoyos visuales
que le faciliten identificar dónde se encuentran las aulas, los aseos, el
patio, etc. Además, se instará a los compañeros a que ayuden a Juan si le
ven perdido. Sería bueno que al comenzar a trabajar esta autonomía la PT
escogiera a un “ayudante” compañero de Juan (se turnarían, y cada día un
compañero realizaría esta acción ejerciendo de compañero-tutor) que le
acompañara en los trayectos por el centro (para ir al patio, a gimnasia,
etc.).
- Deberán, así
mismo, enseñarle habilidades sociales que le permitan una socialización
plena. Para ello, se le enseñarán hábitos referentes a la relación con los
demás: saludar a la gente conocida, escuchar, pedir por favor y dar las
gracias; respetar turnos en juegos, pedir prestado, etc. También se le
enseñarán juegos en grupo que posteriormente podrá practicar con los
compañeros. Para trabajar estos aspectos, se podría hacer un programa de
patio, en el que cada día, diferentes alumnos de su clase durante un
periodo corto de tiempo del recreo (unos diez minutos) le ayudarían a
poner en práctica las habilidades trabajadas previamente, así como los
juegos.
- También
deberán enseñarle a “J” a realizar sus tareas escolares por sí mismo. Se
le hará una adaptación curricular significativa y se le explicará
claramente cuáles son las tareas que debe realizar en cada materia. Es
importante aquí también que aprenda a ser autónomo. Para ello se le darán
explicaciones claras de las sub-tareas que debe realizar para conseguir la
tarea definitiva. Al principio necesitará muchos apoyos, pero éstos deben
irse retirando progresivamente.
- En cuanto a
la asignatura de gimnasia, es importante que el centro no siga haciendo
esta distinción con el alumno, ya que la discapacidad que presenta es
intelectual y no motora. Por ello, se le irá incorporando al alumno
progresivamente a las clases de gimnasia con sus compañeros. Se le deberá
enseñar a practicar deportes, así como las reglas que rigen los mismos.
Además, tendrá que entrenar sus habilidades motrices.
- Es
importante que el tutor haga ver al resto de sus compañeros que Juan va a
hacer un esfuerzo muy grande y que éstos deben ayudarle. Se les debe dar
un estímulo para que tomen esta tarea en serio y esto no suponga una
burla, se les debe insistir en la responsabilidad que esto es para ellos,
ya que serán un apoyo muy importante para la PT.
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